El hombre es un ser que hace parte de la naturaleza pero que a la vez trasciende. Lleva una vida plena con los demás seres de la naturaleza, pero se distingue de ellos porque posee unas dimensiones espirituales que le hacen ser una persona. Todas las criaturas reflejan, de algún modo, las perfecciones divinas. Pero, entre los seres naturales, sólo el hombre participa del modo de ser propio de Dios: es un ser personal, inteligente y libre, capaz de amar.
El acompañamiento espiritual se realiza a través de la consejería Bíblica, aplicándola a las necesidades de las personas que buscan y necesitan esta ayuda, donde se estudia el comportamiento del hombre y los factores que forjan su carácter, para comprender mejor la condición humana.